Este mundo funciona así, tenemos a nuestros hijos en edades temprana de nuestra juventud, cuando generalmente no tenemos un cocimiento integral y donde funcionamos instintivamente x la memoria genética. El conocimiento llega al final para el que lo busca y no es una asignatura de las escuelas. Entonces comenzamos a entender. Unos antes, otros después, otros nunca. El viaje a nuestro interior es mucho más difícil que al exterior. Me hubiera gustado saber algo para allanarle camino a mis hijos, pero espero que como son otros tiempos puedan entender mejor el funcionamiento de la vida para un mejor provecho de nuestro tiempo, que dicho sea de paso no es tanto.
Desearía mucho haber tenido este tipo de conocimiento para no haberme perdido tantos momentos maravillosos que se me fueron entre las manos y que sólo quedan como recuerdos. Trate siempre de empujar el barco remando, no se me ocurrió nunca desplegar las velas y que el viento me empujará para disfrutar de la brisa del mar y los atardeceres.
Por fin lo estoy haciendo, buscando la felicidad en el viaje interminable hacia nuestro interior. Todo lo demás es irrelevante, los gobiernos, los sistemas, se puede encontrar felicidad en lo inimaginable. Nuestros tormentosos pensamientos no nos dejan avanzar y apreciar los instantes.
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