Hay muchas enfermedades que se le ponen nombre y apellido
con una etología más o menos definida, cuando en realidad, lo que vemos no es más
que un defecto de nutrición celular.
Ej. - María no tiene
demencia senil, y dista mucho de tenerla, Lo que tiene es falta de oxigenación en el cerebro,
una afección muy común en los adultos mayores y que con frecuencia se confunde
con demencia, o peor aún, los familiares creen que ciertos síntomas como el
insomnio, el olvidar las cosas, el no escuchar bien, etc. Etc….son “normales”
porque la abuela, o el abuelo “ya están muy mayores…”
Este último párrafo no es mío, forma parte de un artículo mucho
más extenso por el Médico Geriatra, Gerontólogo y gerontopsiquiatra Luis Moch.
El tema es que siempre que investiguemos la fisiopatología
de cualquier enfermedad a final del camino vamos a chocar con el mismo tema,
una nutrición celular deficiente, por lo que muchas de estas enfermedades en
las cuales la terapéutica actual lo que busca es dopar a la célula o al
enfermo, nunca, podrá haber curación.
En mi práctica médica he visto a muchos abuelos que para que
se estén tranquilos le dan psicofármacos y ello es un gran error, porque
suprimen el efecto, pero no la causa.
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