domingo, 4 de enero de 2015

Algo triste para meditar.

 

Hace varios años, tuve un paciente ya mayor, que me llego con una sonda vesical puesta por un problema prostático. Lo tratamos le retiramos la sonda y el Sr. feliz y contento. Con 80 años se ponía a limpiar los patios con un machete en la mano.

También atendí a su esposa indirectamente y coincidió, que tuvieron que operarla de la columna y quedó con incontinencia Urinaria pero estaba fuerte. Por mi trabajo en el interior tuve que abandonarlos como a tantos otros y al incorporarme de nuevo a la Capital, me daba pena preguntar por ellos porque con el paso de tantos años podía haber ocurrido cualquier cosa. Hace poco me visito una hija y me actualizo que los dos estaban vivos pero, el Sr. con 91 años, se cayo y se fracturo la cadera, pero por su edad o no se si situación económica, no lo operaron y le pusieron un yeso para hacerle peso, el cual el mismo se quitó. Así las cosas esta condenado a la cama con tanta vitalidad que siempre ha tenido. En cuanto a la esposa, también está viva, pero le dio una trombosis cerebral y esta paralizada de la mitad de su cuerpo. Estuve a verla y como se quejaba la Sra. del dolor y demás cosas que se sentía. Casi llorando todo el tiempo.

Es un cuadro superdurisimo tanto para ellos como para la familia y difícil de entender pues fueron dos personas muy trabajadoras que como pobres criaron a sus hijos con mucho esfuerzo y honestidad.

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