sábado, 10 de octubre de 2015

28 formas de ejercitar el cerebro.

1. Camine con los ojos cerrados.
2. Vístase en la oscuridad.
3. Salude a un vecino que jamás le habla a usted.
4. Cambie las rutinas.
5. Use el reloj en la mano contraria.
6. Camine al revés, o sea de atrás hacia adelante.
7. Pruebe platos distintos.
8. Use su mano no dominante, si es diestro use más su izquierda y si es surdo, use su derecha.
9. Ponga el mouse de su ordenador en el lado contrario
10. Lea al revés.
11. Al comer algo que usted no ha preparado, saboree bien y trate de adivinar qué ingredientes lleva.
12. Mire por un espejo para que vea todo al revés.
13. Camine para comprar el pan o a la farmacia, no ande siempre en auto.
14. Coma distinto.
15. Practique juegos nuevos.
16. Vístase diferente.
17. Arme rompecabezas, juegue sudoku.
18. Practique ajedrez.
19. Aprenda nuevas palabras, estudie sinónimos.
20. Redacte con palabras diferentes. Estudie vocabulario del mismo idioma y de diferentes países.
21. Apréndase listas de memoria.
22. Lea más rápido, se dará cuenta que capta mejor que cuando lee lentamente.
23. Haga juegos de palabras, con una sola palabra escriba cinco más que signifiquen lo mismo.
24. Juegue con los niños. Con sus juguetes o con juegos de mesa.
25. Realice algo distinto, plante matas medicinales o flores, tenga un animal que ame, cuide a una persona mayor o a un niño.
26. Escriba un cuento.
27. Componga una canción.
28. Cante, baile, ría, diviértase.

viernes, 9 de octubre de 2015

Preparación de una bebida Alcalina.

https://www.youtube.com/watch?v=p2f5m9hwa_k

Leches Vegetales. Preparación.

 

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¿Por qué comes carne?

 

Por Carlos Ruperto Fermín

Es imposible que una persona disfrute alimentarse, con la carne ensangrentada de un animal. Tragarse el alma de un ser vivo que fue salvajemente violentado, sacrificado y despellejado, para complacer el apetito caníbal masticado por la gran Sociedad Moderna, solo demuestra la cobardía, la ignorancia y la miseria espiritual, que habita en los corazones malsanos de la gente común y corriente.

¿Por qué comes carne?

¿Usted tiene un corazón malsano?

Llevarse a la boca el destino fatal de un indefenso animal, deja un sabor amargo en el paladar de los inconscientes comensales, quienes derrochan grandes sumas de dinero putrefacto, para que el cordero de dios les quite el pecado de la lengua, la indigestión del estómago y el sarro de los dientes.

Algunos dicen que comer carne atrae la mala suerte, el cáncer y la muerte. Otros afirman que la carne atrae la felicidad, el éxito y la buena vibra.

¿Quiénes tendrán la razón?

Casi todo el Mundo come carne. Ya sabemos que más de 300 millones de toneladas de carne se consumen anualmente, que cada año más de 950 millones de personas sufren de hambre crónica en el planeta, y que cada día mueren más de 15.000 niños por no tener un plato de comida en sus mandíbulas.

Una vez más, usted tiene el privilegio de pertenecer a la gran Sociedad del Consumo, del Derroche y del Descarte, para que los desperdicios del desayuno, del almuerzo y de la cena, terminen agudizando la crisis socio-económica que se esconde en el contenedor de la basura. 

Poco importa si se trata de carne de cerdo, de vaca, de oveja, de caballo, de cabra, de conejo, de búfalo, de panda, de burro o de cadáveres humanos, porque cuando las cabezas de ganado vacuno, ovino y porcino se entrecruzan con la lana del rey, entonces quedamos intoxicados por la alta cantidad de mioglobina, de hierro, de benzopireno y de grasas saturadas que ostentan las carnes rojas, blancas y negras.

Las amas de casa, los ingenieros, los abogados, las secretarias, los estudiantes, los políticos, los maestros y los comerciantes, sienten el derecho y el deber de comerse la carne proveniente de los mataderos.

Niños, jóvenes y adultos, son consumidores adictos al bistec de palomilla, al lomito ahumado, al filete de basa, a las chuletas de puerco y a las albóndigas de res.  Los ladrones, los secuestradores, los sicarios, los extorsionistas, los psicópatas y los violadores, también sienten el derecho y el deber de comerse un suculento pollo al horno, un solomillo de buey, un churrasco relleno de chorizo, unas salchichas de pavo y unos medallones de merluza. 

¿Qué relación existirá entre el mal hábito de comer animales, y las injusticias sociales que padecemos a diario? 

Vivimos atorados en un gigantesco Wall Street llamado planeta Tierra. Aquí la vida se gana o se pierde por la calidad de los billetes en mano.

Todo es un bendito negocio lleno de genocidios, de ecocidios y de biocidios.

Por eso, la música, el deporte, la educación, el trabajo, el amor, y hasta la carne que comemos en el hogar, en la oficina, en el parque, en los restaurantes, en los autobuses y en los mataderos, representa cada uno de los agitados tentáculos que mueven al sistema financiero global.  Precisamente, en los arquitectónicos mataderos que engalanan la geografía de la Tierra, se corrompe el derecho a la vida que posee cualquier especie animal. A diario, se envenenan, se mutilan y se decapitan las entrañas de millones de Seres Vivos, que no contaron con la astucia ni con la misericordia del Diablo capitalista. 

Con aturdimiento eléctrico, con disparos al centro del cráneo, con salvajes cuchillazos, con pistola de bala cautiva, con series de estrangulamiento, con malditas motosierras o con simples machetazos, los animales de granja se transforman en una costosa mercancía que permanece obediente en su corral, hasta que finalmente son colgados, degollados y evaporizados, para que la frescura de las vísceras, de las pieles y de los huesos, sean del agrado de todos los enérgicos clientes del rebaño. 

Lamentablemente, las cámaras de refrigeración no pueden congelar el apetito caníbal de la masa obrera que se encarga de cortar, empaquetar, almacenar y esperar que los camiones, transporten el biocidio hasta las carnicerías, charcuterías, supermercados y frigoríficos de nuestras ciudades, donde se comercializará cada lágrima del reino animal, que será comprada por los ansiosos consumidores, quienes sorprenderán con un platillo especial a sus esposos, hijos, amigos, vecinos y colegas del trabajo.

Lo peor, es que los mataderos presentan condiciones insalubres para procesar la carne, lo que se traduce en enfermedades para los deshumanizados trabajadores y para los asquerosos consumidores, que incluyen el temido contagio de salmonela, Shigella y de la bacteria E. coli. 

Recordemos que a los animales se les inyectan hormonas artificiales de crecimiento para elevar la producción de carne, generando la contaminación por microorganismos ante la falta de control sanitario y por la ausencia de medidas de higiene laboral, que son evitadas en la mayoría de los mataderos de la industria cárnica global.

El multicultural Diablo capitalista, va llenando de alegría la cocina, la mesa y los platos de las familias en América, en Europa, en África, en Asia y en Oceanía. No importa el color religioso que profesen los millones de feligreses en el Mundo, porque en las páginas sagradas de la Biblia, del Corán y de la Torah, siempre hay espacio de sobra para incentivar el exterminio de animales, a cambio de glorificar la perversión de los dioses supremos, que exigen el pan, el vino, la carne y la sangre derrochada por los más inocentes. Nuestra ambición rompe las fronteras y no conoce de límites.

Queremos el hígado, las costillas, las piernas, el rabo, los cuernos, los ojos, el sebo, las alitas, el corazón, las aletas, la saliva, las espinas, las patas, el hocico, los huevos, el pene, las uñas, el ombligo, los muslos, las plumas, el semen y hasta el excremento de los adorables animalitos, que será posteriormente hervido, horneado, asado y recrudecido por la paila del mejor menú gourmet. La vida no es suficiente fortuna, para satisfacer los bajos instintos del Homo Sapiens. Un nuevo platillo, una nueva receta, un nuevo aroma y un nuevo mesonero que tomará la orden de los hambrientos comensales. En nombre de falsos afrodisíacos, de arcaicos remedios caseros, de vagas supersticiones y de una triste curiosidad felina, nos atrevemos a consumir a ciegas el sagrado prepucio de la inmoralidad, de la retaliación y de la clásica estupidez humana. 

Dicen que es de mala educación poner los codos en la mesa, pero mayor descortesía es asesinar con beneplácito a un animalito, por el deseo carnívoro de nuestras agrietadas papilas gustativas.

El resultado de ese tortuoso calvario en los mataderos, se enfatiza con cada gemido de dolor que se escucha a plena luz del Sol y a plena luz de la Luna. Como nunca escuchamos esos gritos de sufrimiento que provienen de los hiperactivos mataderos, entonces nos transformamos en individuos mansos, puros, humildes y castos, para gozar de todos los kilos de carne que comemos y vomitamos en pensamiento, palabra y obra.

Quizás usted desconoce que la carne procesada contiene distintas sustancias químicas nocivas para la salud humana, como el amoníaco, el monóxido de carbono, las nitrosaminas y la peligrosa “baba rosa” o ano de vacuno pulverizado, que es un aditivo empleado para que los recortes de carne barata descompuesta, sean reutilizados en aras de su posterior venta al público.

Todo el arsenal de químicos suministrado a la carne, pretende engañar al olfato de los consumidores, para que no intuyan las bacterias, las larvas y los gusanos que se reproducen dentro del material cárnico, lo cual podría afectar la demanda de los kilos de carne en nuestros países. Después de leer las escalofriantes historias de exterminio animal que ocurren en los mataderos, hay que tener el corazón de piedra para no lanzar el cuchillo, el tenedor y la cuchara en el furioso suelo.  Algunos ciudadanos se asustan tras escuchar la verdad oculta en los mataderos, por lo que deciden no seguir comiéndose la vida de un pobre angelito. Hay otros compatriotas que se mofan de esos exagerados cuentos chinos, y siguen comiendo carne con absoluta paz interior.

¿Usted se mofa o se asusta del delito?

La gente no es tonta. Cuando las personas van a la carnicería y piden el bistec, la pechuga o las tripas, saben de antemano que están pagando por la trágica muerte de un animal.

A ellos les gusta mirar fijamente a los animalitos, que son guindados y exhibidos como trofeos en los supermercados. Los tocan, los huelen, los ambicionan. Los clientes quieren quedarse con el mejor cuero del matadero, para justificar cada jugoso centavito gastado en la nutritiva víctima. 

Dichos animales, son mucho más inteligentes que sus depredadores de turno, ya que no se oponen a ser vendidos, comprados y sazonados en un infernal sartén de acero inoxidable. Ellos esperan que los comensales despierten, reflexionen y eviten ingerirlos.

Pero, como los comensales no fueron testigos de la demoledora matanza ocurrida en el matadero, pues se sienten autosuficientes para cocinar y comer la carne molida sin remordimiento en la panza.

Sin embargo, la culpa entra por nuestra garganta, y se deposita en lo más profundo del cuerpo humano, buscando que los parásitos se transformen en una gastritis aguda, en molestas hemorroides, en cuadros de estreñimiento y en incontrolables flatulencias. A su vez, el consumo de carne procesada segrega una gran cantidad de toxinas, que predispone un comportamiento agresivo y vengativo en los comensales. 

Usted piensa que todo se resuelve con una burbujeante pastilla de Alka-Seltzer, con 24 horas de gula en el claustrofóbico gimnasio, o comprando en la farmacia un explosivo cóctel de enemas.

Pero no debemos olvidar que la carne produce un irreparable daño en las paredes intestinales, malogrando nuestro sistema digestivo, y deteriorando el funcionamiento de los riñones, del hígado, del colon y de la vesícula. En caso de llevar un estilo de vida sedentario, el consumo de carne puede agravar enfermedades cardiovasculares en las personas, que se paga con la obesidad, con el reumatismo, con jaquecas, con hiperhidrosis y hasta con infartos.

Si la carne es tan negativa para nuestra salud, surgen las necesarias interrogantes

¿Por qué seguimos comiendo kilos y más kilos de carne? ¿Será que nos gusta consumir la maldad? ¿Qué motivos nos obligan a continuar honrando la muerte de un animal?

La verdad es que nosotros NO tenemos la culpa del ecocidio perpetrado. El problema radica en el gran negocio mundial que representa consumir carne, y que nos venden a través de un constante bombardeo publicitario en la TV (telenovelas, películas, concursos), en los letreros a full color que se visualizan en las calles, en la santa misa oficiada en las iglesias, en los pasillos de los centros comerciales, y con el resto de mensajes subliminales que nos llevan a idolatrar un estilo de vida carnívoro, sanguinario y fraudulento. 

Sin darnos cuenta, malgastamos el dinero comprando kilos y más kilos de la sabrosa carne, que nos roba el sueldo obtenido con el sudor de nuestra frente, que nos arruina el placer sexual por la esterilidad devenida de su ingesta, y que nos esclaviza a vivir presos en las mismas jaulas donde se engorda al exquisito ganado.

Por ese motivo, muchísimas personas asisten con alegría a las terribles corridas de toros, a los circos que ridiculizan y castigan con latigazos a los animales, a las clandestinas peleas de gallos, a las lucrativas carreras de caballos, a las callejeras peleas de perros, y a cualquier otro evento de extrema crueldad animal, en el que los espectadores no sienten un ápice de arrepentimiento por tanta violencia en contra de la fauna universal. 

No existe compasión, empatía o rechazo ante el salvajismo que sufren los animales, porque saben que minutos después de consumir el mórbido entretenimiento frente a sus ojos, seguirán comiendo carne y celebrando la muerte en los establecimientos de Mcdonald's, de Burger King, de Kentucky Fried Chicken, de Subway, de Wendy's, y en los demás restaurantes de comida rápida. 

Vemos que la hipnosis colectiva sufrida por la Sociedad Moderna, se atreve a pagar y a disfrutar del perturbador bodrio caníbal, para enaltecer el pasado oscuro de los cavernícolas, de los trogloditas y de los primates, que se dedicaron a glorificar rituales, cultos y danzas, para acabar con el hambre y con la sed de las deidades, de los santos y de sus tribus.

Aunque ya no necesitamos golpearnos la cabeza con un garrote en la jungla, seguimos disfrutando comer carne en nuestra selva citadina. Aunque ya no necesitamos la rueda para elaborar la hermosa alfarería, seguimos disfrutando comer carne en el asfalto de la carretera.

Aunque ya no necesitamos cazar con arco y flecha a una ternerita, seguimos usando la puntería para comer carne a fuego lento. A todos nos dolió muchísimo el terremoto en Nepal de 7,9 grados, que cobró la vida de más de 7000 personas en abril del 2015, pero también nos duelen los más de 500.000 animales que mueren cada cinco años en Nepal, por culpa del festival de Gadhimai realizado en el pueblo de Bariyarpur, para que los devotos hindúes sacrifiquen la vida de la fauna, en honor a su poderosa diosa Gadhimai.

Ese maquiavélico jolgorio en Nepal, se une a otros demoníacos rituales como la matanza de delfines en Japón, las ceremonias de Santería en Cuba, la cacería de focas en Canadá, o la Tauromaquia en Iberoamérica. 

Es increíble observar el nivel de hipocresía reflejado por un gran número de personas, que dicen ser “defensores” a capa y espada de los derechos de los animales, pero que jamás emplazan la falta de ética que cotejan a diario. 

Probablemente usted tenga como mascota a un perro o a un gato dentro de su casa, siendo el animalito favorito para llenar de ladridos y maullidos cada rincón de nuestras vidas. Los protegemos, les damos cariño y los llevamos al veterinario en caso de enfermarse. La ironía, es que todos los días nos alimentamos de la carne ensangrentada de otros seres vivos, que no tuvieron la suerte de encontrar un cálido hogar para vivir, y que demuestra el egoísmo y el cinismo de sus queridos verdugos. 

Basta con saber que en Vietnam se consume un promedio de 25 millones de ratas al año, y se sacrifican más de 5 millones de perros para alimentar de carne a los vietnamitas, pese a que China supera la cifra con sus más de 10 millones de perritos asesinados anualmente.

Entre pieles, guantes, abrigos, cosméticos, cinturones, llaveros, zapatos, carteras y sombreros, queda claro que las prendas de vestir y los accesorios fashion, que llegan en calidad de importación hasta las tiendas de nuestras ciudades latinoamericanas, son una grandiosa oportunidad para que los hombres y las mujeres compren lo más nuevo de la temporada, e incluso, se alimenten con un delicioso platillo hecho con el pelaje, con la pesadilla y con la carne canina. 

Los latinoamericanos nos sentimos chéveres preparando esa divertida barbacoa, que reluce bajo el inclemente sol de un fin de semana. El humo de la parrilla con carbón vegetal, la espectacular salsa de las brochetas, y las bebidas con altísima dosis de alcohol, se entrelaza con los chistes, las sonrisas y los relatos de nuestros invitados. Todos quieren comerse el premio, para no pensar en el baño de sangre.

La ocasión es perfecta para olvidar la procedencia de la carne consumida, por lo que permitimos que las máquinas trituradoras de los mataderos, se entretengan con las escopetas de los cazadores furtivos, y con los esquizofrénicos dientes de ajo que figuran en la mágica velada. Como vemos, la carne es una gloria omnipresente en todo el planeta Tierra, pese a las negativas consecuencias ambientales que provoca su negocio. Es consabido que la actividad ganadera aumenta la tasa de deforestación a nivel mundial, por la expansión de la frontera agrícola que carcome las más de 13 millones de hectáreas de bosque nativo, que se pierden anualmente para fecundar la semilla del ecocidio.

Además, se contaminan las fuentes de agua dulce y salada (ríos, lagos y mares), por la huella hídrica incrementada a pasos agigantados, para que tanto la economía de bajo impacto ambiental conllevada por los campesinos, como las tierras ancestrales pertenecientes a los pueblos originarios, se vayan quedando ahogadas con tanto efluente tóxico (heces fecales, orina, sangre), y por la retención de malos olores que polucionan los ecosistemas de sus regiones.

Padecemos de un extremo caos ecológico, donde la Pachamama es la codiciada carroña que todos picoteamos, mordemos y despellejamos a mansalva, pretendiendo seguir con la aniquilación de los recursos naturales y con la destrucción de la rica biodiversidad de la Tierra.

No podemos obligarte a que dejes de comer carne, pero confiamos en tu capacidad de discernimiento para comprender el significado holístico de mis laicas palabras.

De todas formas, creemos que la buena salud del Ser humano se fortalece con la rutina del ejercicio corporal, con el pacifismo, con la tolerancia, con el altruismo y con buenos hábitos alimenticios. 

Cabe destacar, que el veganismo es la práctica de abstenerse del consumo de alimentos de origen animal, y prioriza el respeto por todas las especies de fauna que yacen en el planeta Tierra.

Es la sabiduría de los inmortales. Una decisión que requiere de introspección en cada uno de nosotros, para NO caer presos en el círculo vicioso de maltratar a los animales, con el fin de obtener artículos de uso masivo, con el interés de asistir a shows circenses muy perjudiciales para la salud mental de las personas, y con las ganas de alimentarnos de la carne procesada por la Bestia. Preferimos una dieta llena de frutas, verduras y muchísimos deseos de apreciar el milagro fortuito de la vida.

De allí, que cada 20 de marzo festejamos el Día Mundial sin Carne, instando a que la colectividad reflexione sobre el martirio que sufren los animales en los mataderos, y que NO siga siendo cómplice del crimen ecológico en contra de las especies de fauna.

Esperamos que ese corazón malsano que no te deja comer en paz, se llene de amor, esperanza y respeto por la vida de todos los animales, evitando que palpite con la herida abierta de otro Ser Vivo en agonía, y buscando consolidar un modelo de vida ecológicamente sostenible y sustentable. Queremos que hoy te mires frente al espejo, reflejes tu propia verdad, y con los ojos bien abiertos me respondas ¿Por qué comes carne?

Ecoportal.net

Ekologia

http://ekologia.com.ve/

jueves, 8 de octubre de 2015

LOS 13 CONSEJOS DEL DR HAMER.

 

1- No dejarse ganar por el pánico
El entrar en pánico hará que la central de comandos ejecute un programa, y establecerá el programa donde deba. En ese momento, la persona pierde la conexión funcional coherente del cerebro. Muy a menudo, la gente muere en pánico. La persona no debiera entrar nunca en pánico ni hacer entrar en pánico a los demás. Hay que tener un enorme cuidado con el entorno y especialmente con quien recibe de nosotros. ¡AMENSE! Ámense ustedes mismos y también ámense entre ustedes. AMARSE tiene un doble sentido de gran valor terapéutico. Si uno se ama a sí mismo, primero, no hará ningún conflicto consigo mismo, ni de desvalorización, ni de culpabilidad. Si se ama a los demás entonces no hará ningún conflicto con los demás.
NO ENTRAR EN PANICO significa que el enfermo nunca debe asustarse y QUE LOS TERAPEUTAS JAMAS deben asustar al enfermo. De lo contrario, hasta un resfrío se vuelve incurable, ya que provocará una generalización. Entrar en pánico es comprarse un boleto de ida.

Por ejemplo: decirle a una madre en tono lo-siento-mucho-señora-mi-más-sentido-pésame-lamentablemente-tengo-malas-noticias, que su hijito tiene leucemia es un asesinato. ¡Porque la leucemia no es una enfermedad! ¡Es el primero de cinco pasos biológicos naturales de regeneración de la sangre después de un conflicto cuya respuesta biológica fue una anemia!
2- Soportar la vagotonía
Alrededor de las 22 hs se desencadena normalmente el impulso máximo de la vagotonía. El nervio vago es el más poderoso nervio del organismo: no hay manera de vencer al sueño. Ese es nuestro ritmo ancestral: el hombre es un animal diurno, en su código biológico de comportamiento antiguo de cuatro millones de años, está grabado que debe cazar, recoger frutos, actuar de día y reposar de noche. Es durante la noche que todo está automatizado para que el organismo concentre su trabajo en el tubo digestivo.
Tenemos menos actividad cerebral, cardíaca, respiratoria. Es normalmente por la noche que toda enfermedad se hará más insoportable porque es durante esa vagotonía el cerebro repara mejor y puede haber más edemas. Se puede hacer algo para reducir esos edemas para que sea mas soportable pero sólo reducirlos porque si se impide que actúen, nunca se logrará la reparación, puesto que los elementos re-constitutivos no llegarán a reparar.
Si la vagotonía es muy fuerte, la cabeza puede sentirse caliente al punto tal que uno puede ducharse la cabeza y tener los cabellos prácticamente secos sin necesidad de usar el secador, simplemente por la termogénesis de conductibilidad. Esto sucede cuando la cabeza está “aplastada” por edemas biológicos: en ese momento, HAY QUE AYUDAR.
3- Todas las noches, hacer el balance diario
Hay que saber si no se ha “trabajado” demasiado durante el día. Si es así, reposo obligatorio el día siguiente (para las enfermedades importantes como el cáncer, fibromialgia, artritis, etc…). El enfermo debe curarse. Puede hacer muchas cosas, pero debe ocuparse de su enfermedad por encima de todas las cosas. No debe esperar QUE ALGUIEN O ALGO LO CURE, hay que motivarlo.

Hay un doble mensaje en esto. Debe ocuparse de sí-mismo, que haga un repaso de su jornada en su cabeza, interesarse en la vida, que tome notas, que haga ese balance. Si hizo demasiado, debe reposar al día siguiente porque de lo contrario entra demasiado en estrés, en actividad, con lo que el cerebro vuelve a la simpaticotonía deteniendo la vagotonía. Allí se detiene la curación.
4- Todas las mañanas tomar un lápiz y planificar su día
Hay que respetar el plan y prever al menos 6 horas de reposo además de la noche. Estas son las reglas para los grandes enfermos y tienen que luchar contra sus angustias. El que está en silla de ruedas querrá siempre asistir a muchas reuniones para demostrar y demostrarse que puede hacer lo que todo el mundo. ES UNA REACCION DE ESCAPE, es un juego perverso. HAY QUE CONCENTRARSE EN SU CURACION porque ésta es posible. Hay que evitar entrar en el estrés de la acción.
Con 6 horas de reposo, además de la noche, tenemos suficiente vagotonía. El cerebro tiene una fuerza extraordinaria para curarnos a pesar de todo lo que hacemos contra eso (entre los miedos, las peleas, los mensajes deprimentes o terribles que recibimos durante el día y a causa de las acciones).
5- Hacer siempre lo absolutamente necesario primero
Si eso sobrepasa 3 horas de esfuerzo físico o psicológico, hay que detener lo superfluo y descansar, con el corazón alegre porque estamos haciendo lo que corresponde para curarnos, y no lo contrario. La mayor parte de la gente se deprime, se desmoraliza, tienen miedo de descansar: tienen el ESTRÉS DE SU PROBLEMA, DE SU DECREPITUD Y ESE ES UN CONFLICTO SECUNDARIO MUY FUERTE. “YA NO PUEDO HACER NADA, NO SIRVO”.
Hacer lo absolutamente necesario primero va a permitir a la persona probarse que existe todavía, pero hay que cronometrar el tiempo. La persona enferma quiere demostrar que puede hacer, pero si pasa 3 horas físicas o psicológicas, debe detenerse. Lo mejor es leer lectura liviana, divertida, ver películas divertidas y pueden verla cuantas veces quieran si las alquilan. Es la terapia por la risa, puesto que si se detiene en los noticieros, con guerras, accidentes, o películas de muerte, de violencia, inconscientemente se sobre-estresa con imágenes liminales y subliminales.

DURANTE LA RECUPERACION , ME OCUPO DE MI, ME AMO, ME CUIDO, ME MIMO. ES VITAL. ES LA MANERA DE CURARSE. No alcanza con decodificar y aceptar (a veces sí) sino que hay que respetar la reparación también.
6- Rechazar todo enfrentamiento
Recriminar, discutir con su entorno es uno de los mayores dramas que garantizan la recaída o la imposibilidad de curarse. “Necesito de ustedes, de su ayuda y no de su oposición permanente”. Porque uno sustrae calorías y fuerzas de las que necesita el cerebro para reparar y al monopolizar la energía para combatir generalmente el enfermo está expuesto al juicio de quienes lo rodean, y estos no saben nada, solo hablan por hablar y el enfermo no zafa, no sale del estrés.
Aquí reproduzco una frase que Claude Sabbah atribuye a su abuelo: “Si la gente que no tiene nada que decir se callara, habría un gran silencio en la superficie de la Tierra. Son siempre los que no saben nada los que cacarean”.
Acá estamos hablando de una elevación en el nivel de la conciencia humana.
7- Privilegiar el reposo nocturno
El ser humano es un ser diurno. Todos sus ritmos biológicos básicos están programados sobre la base del ritmo solar. Por supuesto, puesto que la noche para el enfermo es normalmente el momento de mayor dolor, y en algunos casos con la angustia inconsciente de “¿Despertaré o moriré?”, es bastante difícil mantener esos ritmos. Hay que desdramatizar eso. Además, puesto que no han hecho demasiado durante el día, no están lo suficientemente cansados para dormir bien de noche.
Entonces, no hay que dudar en modificar el horario de sueño. Debe privilegiarse el reposo nocturno en la medida de lo posible pero, si eso no es fácil, no hay que dudar en quedarse despierto hasta las 2 ó 3 de la mañana, mirando documentales, tomando uno que otro café (el café también reduce el edema cerebral). De ese modo, el enfermo sabe que por un buen rato no pueden dormir entonces aguantan hasta donde pueden: cuando pasan el período habitual de gran vagotonía, y después de haberse dado el gusto de trasnochar leyendo, escribiendo, pensando sanamente, positivamente, sin estrés…allí se van a dormir y se levantan al mediodía. Después, a medida que mejoran, vuelven paulatinamente, una hora por día, a su horario normal.
8- Comer sanamente y liviano
Ensaladas, frutas, cosas crudas, o cocinadas a la parrilla, para que sea fácilmente asimilable. Si come mucho, digerir le consumirá muchas calorías y es mejor guardar lo más posible para la curación.
A EVITAR ABSOLUTAMENTE: EL ALCOHOL EN VAGOTONIA.
9- Sanarse normalmente si aparece el dolor.
Puede tomar remedios alopáticos y homeopáticos como es de costumbre, eso no pondrá la curación en peligro.
10- Esperar pacientemente la verdadera mejoría
Si uno no se deja asustar por los pequeños o grandes inconvenientes de la reparación y espera tomando el mejor reposo posible, la mejoría va a llegar. Si se pasó el punto culminante de la fase de reparación, la persona tendrá tantos edemas que puede haber manifestaciones molestas, como dolores, vértigos, fiebre si los edemas están en el tronco cerebral, malestares. Esto NO DEBE ASUSTAR A LA PERSONA : no se trata de cosas graves sino de esfuerzo de reparación. Hay que esperar pacientemente sin poner en marcha la idea de “estar sonado” sino no hay cura.

Es el principio de la persona que tiene edemas en sus fibras y que con ello se agrava durante un tiempo su dificultad motriz en una esclerosis múltiple, por ejemplo. Debido a nuestra cultura ancestral basada en la apariencia de las enfermedades, esto nos lleva a tener pánico, ir al hospital urgente, perfusión de corticoides en grandes cantidades, lo que cambia a la persona porque bombea todos los edemas y deja de doler…pero no está curada y el proceso va a comenzar quizás con más violencia.
11- Jamás permanecer mucho al sol o con la cabeza cerca de una fuente de calor
El calor multiplica por cuatro el tamaño del edema cerebral. En ese momento, se ejerce una enorme presión y se corre el riesgo de una crisis de epilepsia fuerte. En general, se recomienda al gran enfermo de evitar ponerse al sol durante un año, incluso en el mar. Puede estar bajo la sombrilla, bañarse pero hasta ahí nomás.

Si la cabeza está cerca de una fuente de calor, lo mismo. CONVIENE PONER HIELO SOBRE LA CABEZA.
El Dr. Hamer menciona un caso típico: el hombre de negocios que tiene serios inconvenientes porque su empresa está muy mal en diciembre. En enero, su esposa e hijos se van de vacaciones al mar por un mes. El 15 de enero, el hombre soluciona su problema y salva su empresa. Va a reunirse con su familia a la playa y se pone a tomar sol: lo que él no sabe todavía es que acaba de salir de un conflicto psicológico de pérdida de territorio. Por supuesto, como ninguno de nosotros de hecho, no hace la relación entre el dolor de cabeza, su conflicto y el sol que le está agigantando los edemas. Tiene su crisis en la playa misma y sale de allí en ambulancia.
12- Si el problema es muy importante, helar las partes dolorosas y la cabeza
Si duele el hígado por ejemplo, hay que poner hielo sobre el hígado y también en el lugar del control neuronal del hígado en la cabeza, es decir sobre el tronco cerebral, debajo de la nuca, en la parte superior del cuello.
Si el frío no calma el dolor en el órgano, entonces hay que poner calor sobre el órgano, PERO SOBRE LA CABEZA SIEMPRE FRIO, SIN EXCEPCION.

Se recomienda comprar esos “cold hot pack” y tener siempre 4 a mano: 2 en el congelador, 2 sobre la persona, que hay que cambiar a cada hora. Si es muy violento, poner hielo en ambos lugares y hacerse un baño de pies caliente, la diferencia de temperatura va a hacer que el líquido circule de manera mecánica y por lo tanto reducirá un poco el edema.
13- Nunca calmar demasiado los síntomas
Se pueden tomar analgésicos o anti-inflamatorios para hacer soportables los síntomas. Los síntomas se detendrán por sí solos cuando la central de comandos lo decida. Mientras haya síntoma, es que es necesario que esté. Es de capital importancia.

Por ejemplo si usted se clavó un vidrio en el pie, le dolerá mientras cicatrice y estará sensible, pero justamente es para que no agrave la herida (si no le doliera seguiría caminando sin cuidar la herida y no permitiría que se cure: esa es la función del dolor).

No hay que olvidar nunca que el cerebro no se equivoca JAMAS. Si hay dolor es porque el cerebro dice: “A reposar”. Hay que respetar esa inteligencia innata que nos ha permitido sobrevivir desde hace tantos millones de años.
www.bioologica.mx

viernes, 2 de octubre de 2015

Paracetamol, ibuprofeno o aspirina… ¿Qué analgésico tomar para cada dolor?.

 

Modo de acción, tipo de dolores indicados, efectos secundarios, contraindicaciones… Descubrid las especificidades de los tres analgésicos más comunes y aprended a utilizarlos con criterio.

Características del paracetamol

Modo de acción del paracetamol

Los médicos e investigadores hace tiempo que piensan que el paracetamol actúa de forma periférica, es decir, sobre la zona dolorida. En realidad, la acción central del paracetamol se demostró a finales de los años noventa: actúa sobre el sistema de modulación del dolor a nivel cerebral. Más recientemente (febrero de 2014), el equipo Inserm del Prof. Alain Eschalier descubrió una nueva proteína implicada en la acción analgésica central del paracetamol¹.

Tipo de dolores indicados para el paracetamol

El paracetamol está indicado como primera opción en todos los dolores nociceptivos (dolores producidos por una lesión, un corte por ejemplo). Dolor de cabeza, dolores menstruales, dolores en los dientes… es el primer medicamento a escoger para aliviarlos. Hasta la actualidad, también se prescribía como primera opción en caso de artrosis, pero un estudio publicado a finales de marzo de 2015 en el British Medical Journal puso en cuestión esta forma de actuar, ya que demostró la ineficacia del paracetamol en el tratamiento de la artrosis y los dolores lumbares2.

Efectos secundarios del paracetamol

Durante mucho tiempo, se ha considerado al paracetamol como una molécula de una inocuidad total, sin ningún efecto secundario, lo cual explica la inmejorable posición que ocupa hoy en día en el ámbito de los analgésicos. Sin embargo, algunos estudios han demostrado problemas hepáticos en caso de sobredosis3.
Más recientemente, en marzo de 2015, un estudio4 puso de manifiesto un aumento de las enfermedades cardiovasculares en caso de administración prolongada a altas dosis. Los resultados deben cogerse con pinzas, según la Dra. Pickering, especialmente en el aspecto metodológico: “Este estudio no es un metanálisis, es una revisión sistemática de 8 estudios, ninguno de los cuales era aleatorio”. Y la farmacóloga añade que los datos observados “en la práctica real”, a través de declaraciones de acontecimientos adversos recogidos por los centros de farmacovigilancia, demuestran que “no existen efectos adversos nocivos para el paracetamol administrado en una dosis terapéutica (3 g/día)”.

Contraindicaciones del paracetamol

El paracetamol presenta muy pocas contraindicaciones, dejando aparte alguna alergia conocida al mismo, aunque son muy poco frecuentes. Puede utilizarse a lo largo de todo el embarazo sin ningún riesgo para el feto. “La única interacción problemática del paracetamol es, junto a los medicamentos anticoagulantes o AVK, una interacción informada por numerosos médicos generalistas”, y que a veces puede desencadenar complicaciones hemorrágicas5, subraya la Dra. Pickering.

Características del ibuprofeno

Modo de acción del ibuprofeno

El ibuprofeno es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE). Regula la secreción de las prostaglandinas, sustancias secretadas cuando el organismo se ve agredido, con lo cual se disminuye la inflamación, el dolor y la fiebre.

Tipo de dolores indicados para el ibuprofeno

Si el dolor no se alivia con paracetamol (que siempre es el primer analgésico que debe tomarse), y no se presenta ninguna contraindicación al uso de AINE, se puede probar con ibuprofeno. A menudo es el caso, por ejemplo, de las personas que padecen artrosis que, durante los brotes, los antiinflamatorios les alivian mejor el dolor.

Sin embargo, más vale consultarlo con el médico y no automedicarse con ibuprofeno con demasiada regularidad, dados los posibles efectos secundarios.

Efectos secundarios del ibuprofeno

Sobre todo son de naturaleza gastrointestinal: en algunas personas, la toma de ibuprofeno puede comportar dolores gástricos, diarreas y, a dosis altas, incluso una úlcera o una hemorragia gastrointestinal. Con menor frecuencia, la toma de ibuprofeno puede desencadenar reacciones dermatológicas (prurito, edema, erupciones…).

Contraindicaciones del ibuprofeno

El ibuprofeno está contraindicado durante el tercer trimestre de embarazo (aunque tampoco se recomienda su uso durante el primero y el segundo), y especialmente en caso de antecedentes de alergia o asma desencadenados por la toma de ibuprofeno, en caso de úlcera gastroduodenal y en caso de insuficiencia hepatocelular grave, insuficiencia renal o cardíaca.

Características de la aspirina

Modo de acción de la aspirina

El ácido acetilsalicílico o aspirina también forma parte de la familia de los AINE. Actúa limitando la producción de prostaglandinas, lo cual limita el proceso inflamatorio. Desde que se absorbe en el estómago, la molécula pasa a la sangre y luego se difunde por todo el cuerpo.

Tipo de dolores indicados para la aspirina

“La aspirina ya no se utiliza como primera opción de tratamiento en caso de dolores desde hace unos treinta años, ya que los médicos observaron que presentaba muchos efectos adversos, especialmente en el estómago, y que lo hacía sangrar”, subraya la Dra. Pickering. Por ejemplo, en caso de dolor de cabeza, no hay ningún motivo para tomar aspirina6.

Además del dolor, la aspirina presenta determinadas indicaciones reconocidas, especialmente la prevención de enfermedades tromboembólicas, ya que contribuye a diluir la sangre. En este caso, puede prescribirse de forma cotidiana en pequeñas cantidades (25-75 mg).

Efectos secundarios de la aspirina

El principal efecto secundario de la aspirina es la gastritis, una inflamación del estómago que puede llegar a convertirse en una hemorragia digestiva, pasando por una úlcera o una anemia.

De forma excepcional, la toma de aspirina puede desencadenar un síndrome de Reye, una enfermedad muy poco frecuente (incidencia: 0,08 casos por cada 100.000 niños) pero muy grave, que afecta al cerebro y al hígado7.

Contraindicaciones de la aspirina

La aspirina está contraindicada para las mujeres embarazadas durante el tercer trimestre de embarazo (aunque debe consultarse con el médico antes de tomarla en el primer y segundo trimestre), en las personas con antecedentes de úlceras estomacales o del duodeno o de hemorragias, y en personas con alergias asociadas a la toma de aspirina8. No toméis aspirina si padecéis alguna enfermedad grave del corazón, el hígado o los riñones, y especialmente si vuestra edad es avanzada. Además, en caso de menstruaciones dolorosas o tras una intervención quirúrgica, es mejor optar por algún otro analgésico ya que la aspirina contribuye a las hemorragias.

Alcalinización Milagrosa con Bicarbonato de Sodio!

 

https://www.youtube.com/watch?v=5MrILrFWXkg

3 Poderosas, Hierbas Medicinales Para La Diabetes

 

https://www.youtube.com/watch?v=z2TNmXn8x7w

jueves, 1 de octubre de 2015

LA SEMILLA DE MANZANA. CURA DEL CANCER. VITAMINA B17

 

https://www.youtube.com/watch?v=HH9hHgRkFrg

WI-FI: la muerte invisible que está destruyendo a la generación más joven en todo el mundo

 

Por Nicola Bizzi

Con el auge de la conexión inalámbrica, las redes wifi nos invaden: están en los hoteles, restaurantes, bares de copas, centros comerciales, colegios, oficinas y un largo etcétera. ¿Perosuponen un riesgo para la salud?

WI-FI: la muerte invisible que está destruyendo a la generación más joven en todo el mundo

La Agencia de Protección Sanitaria de Gran Bretaña, en un estudio realizado en 2007 constató que “la radiación de microondas en el rango de frecuencia de WiFi causa cambios de conducta, altera las funciones cognitivas, activa la respuesta de estrés e interfiere con las ondas cerebrales”. También se mencionan los posibles riesgos para la salud de los niños que asisten a escuelas con redes inalámbricas.

Y es que no hay que olvidar que la radiofrecuencia de los teléfonos móviles e inalámbricos, de las torres de telefonía móvil y de las redes WiFi emiten radiación que de una manera u otra, afecta a las personas que estén dentro de su rango de acción.

El estudio «Interphone», promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado en «International Journal of Epidemiology», pese a no ofrecer evidencias concluyentes sobre la supuesta inocuidad de los terminales, levanta la sospecha. En una revisión del mismo realizada en Junio de 2010, se aseguraba que por cada cien horas de uso de teléfono móvil, el riesgo de meningioma –tumor cerebral– aumentaba un 26 por ciento.

Fernando Pérez, vicepresidente de la Fundación para la Salud Geoambiental apunta que los pequeños de la casa son los más vulnerables, junto a las embarazadas, personas mayores y enfermos. «Todos los estudios epidemiológicos han demostrado efectos reales de las radiaciones en la salud y el desarrollo de los niños», explica Pérez.

Por supuesto, hay otros estudios que afirman que la exposición a este tipo de radiaciones es inocua. Pero si así fuera, ¿por qué en Europa están tomando medidas? Uno de los ejemplos más contundentes llega del vecino galo. En Francia, se están eliminando las redes WiFi en bibliotecas, colegios y lugares públicos, «pero en España la legislación data del año 2001, y establece unos límites máximos que son 4.000 veces superiores a los recomendados por los últimos estudios», apunta Pérez

Por otro lado, existen “informes científicos” que afirman que las redes wi-fi son totalmente inofensivas pero no hay que olvidar que la mayor parte de esos “informes” están pagados por “la alianza WiFi” una asociación que representa a la industria de WLAN, integrada por mas de 200 grandes compañías.

Los síntomas de una alta exposición a redes wifi se manifiestan mediante dolor decabeza, cansancio crónico, dificultad para dormir, palpitaciones, dólor en el oído e insomnio.

Así que lo mejor es prevenir, sólo por si acaso. Éstas son algunas medidas que pueden protegernos de las radiaciones wi-fi, tanto en la oficina como en la vivienda:

1. Desconectar la conexión cuando no se esté utilizando, especialmente durante la noche.

2. Sustituya el acceso inalámbrico, mediante cable de red, o bien un PLC que le permita usar su propia red electrica y enchufes como red local.

3. No abusar del teléfono móvil. Lo mejor es utilizarlo con la función de “altavoz” activada.

4. No utilice teléfonos inalambricos DECT para su vivienda, los cuales emiten grandes dosis de radiación. Si no tiene más opción que utilizar un teléfono inalambrico, mire las opciones tipo ECODECT, que al menos evitan la emisión cuando el teléfono esta descansando en la base.

5. Acudir a un médico especializado para que nos realice una descarga de la radiación que el cuerpo haya podido absorber.

Ecoportal.net

Coca Cola: 100 años enfermando a la gente.

 

Por Carlos Ruperto Fermín

“No es 100 años vieja, sino 100 años joven y 100 años nueva”. Con esas erráticas palabras la transnacional estadounidense Coca Cola, festeja el centenario de su icónica botella de vidrio Contour, que desde el año 1.915 viene lavándole el cerebro a toda la Humanidad, destruyendo la salud de sus inocentes víctimas, contaminando los recursos naturales del Medio Ambiente, y adorando ciegamente a la chispa del dios dinero, que le paga con religiosidad las infernales estrategias de marketing.

Coca Cola: 100 años enfermando a la gente

Aunque comenzó siendo vendida en las farmacias de Estados Unidos, el tónico cerebral Coca Cola generaba una gran adicción al juntarse con la saliva, con la lengua y con la garganta de sus hipnotizados pacientes, por lo que el espíritu capitalista del farmacéutico Pemberton, convertiría el codiciado jarabe para la tos en el famoso refresco americano, que representa la máxima expresión cultural del gran pueblo estadounidense.

¿Por qué es tan oscuro el líquido de la Coca Cola? Si bien Samuelson intentó disimularlo con la elegancia de una silueta curva en relieve, no pudo limpiar la sucia imagen de la botella americana, que sigue siendo imposible de mirarla fijamente a los ojos, porque desconocemos el grosor de las cicatrices que burbujean en su turbio corazón. Yo me quedo admirando la forma y el fondo de la Coca Cola, solo para preguntarme ¿Cómo es posible que la gente ingiera litros y más litros de la atrofiada pócima mágica? Seguro que Dalí, Warhol, Baker y Rockwell se arrepienten de haber manchado el óleo y la tinta de sus obras de arte, con el simplismo taciturno de la estampida del buey.

Si no entiendes el significado de mis laicas palabras, es porque te encanta beber y eructar con una refrescante Coca Cola en la palma de tu mano, mientras te rascas el trasero lleno de flatulencias y hemorroides con el imperdible control remoto, esperando disfrutar la televisión basura que entretiene desde el cómodo sofá de tu hogar.

Dicen que el Universo es tan infinito como la ilimitada estupidez humana. Agua para que florezcan las plantas del soleado jardín, y Coca Cola para enfermar nuestros envejecidos cuerpos. La gente ya no distingue el bien del mal, el amor del odio y la verdad de la mentira. ¡Qué fácil es lavarle el cerebro a la Sociedad Moderna! Basta con un constante bombardeo publicitario en las calles, con hiperactivos spots en la TV, con pegajosos jingles en la radio y con coloridos banners en la Internet, para que el Tío Sam y su legendario adoctrinamiento de masas Made in USA, logre conseguir todas las metas que se proponga en la vida.

No es casualidad que uno de los slogans de la Coca Cola, para celebrar los 100 años de la botella Contour sea "Contiene recuerdos y otros ingredientes secretos". Precisamente, en sus ingredientes secretos radica el mayor éxito de la Coca Cola, pues transmite oralmente enfermedades degenerativas a todos sus consumidores, gracias a la prematura llegada de la diabetes que te vuelve adicto a la inyección de una trágica insulina, por toda la glucosa que se acumula en la sangre producto de la obesidad de los enfermos, quienes tarde o temprano acabarán postrados en una cama, preguntándose ¿Qué hice yo para merecerme esto?

Hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cada año recibe el jugoso financiamiento económico de la empresa Coca Cola, tuvo que reconocer públicamente que la venta indiscriminada de refrescos alrededor del planeta Tierra, es uno de los factores principales que acelera la aparición de la hiperglucemia, de la osteoporosis, de la hipertensión, de la gastritis aguda, de los cálculos renales, de la taquicardia y del deterioro del esmalte dental por la presencia de caries. 

Recientemente leía comentarios escritos en las redes sociales por unos fanáticos de la Coca Cola, quienes no reconocían los daños a la salud causados por su ingesta. Ellos criticaban al resto de los foristas, y argumentaban sus opiniones a favor del refresco diciendo lo siguiente: "Váyanse a la mierda hijos de puta. ¡Aguante la Coca Cola!" "No digas boludeces maricón, andá a cagar" "Vergación si hablan paja, son una bola de huevones".

Navegando de incógnito en la Web, me preguntaba en silencio ¿Qué relación existirá entre la gente boca sucia y los consumidores de Coca Cola? Uno sale a la calle y observa que la mayoría de los individuos groseros, vulgares y obstinados que nacen, crecen y se reproducen en la amalgama multicultural de nuestras ciudades, son acérrimos adeptos de las bebidas carbonatadas que ofrece la transnacional estadounidense Coca Cola.

Antes de perder mi fe en la Humanidad, leí otro comentario que decía "Es un tema complejo, porque todos sabemos lo dañina que es la Coca Cola para la salud, pero con hielo y estando bien fría, qué mas da, jajaja". Tras leer su mensaje le pregunté en calidad de invitado "Amigo ¿Por qué no lees lo que acabas de escribir? Él me dijo ¿A qué te refieres? Y yo le dije ¿Cómo es posible que sigas bebiendo Coca Cola, si tú mismo reconoces que es perjudicial para el organismo? Finalmente me respondió "No lo sé, algún día supongo que la voy a dejar, no sé cómo ni cuándo, pero de que la dejo, la dejo", y me colocó un emoticón de carita feliz para terminar con su sincera respuesta.

Esa triste forma de pensar, es un espejo social de la adicción generada por el consumo de los refrescos a escala mundial. Hay mucho conformismo, terquedad y necesidad en dejar que otros decidan nuestro propio estilo de vida, incluyendo los hábitos alimenticios, los tiempos de ocio, los perfiles laborales, los gustos musicales, el estado civil, los prejuicios morales y hasta las preferencias sexuales. Vemos que la presión social de encajar con los ovejas del rebaño, nos deja esclavizados a obedecer la mediática voz de mando, sin pensar en el quiebre de la capacidad analítica y reflexiva que yace con independencia en cada uno de nosotros.

Quisiéramos preguntarle a la bondadosa Sylvia Likens, qué sintió después que la obligaron a meterse en dos ocasiones, una botella de Coca Cola dentro de su vagina. Por infortunio, ella murió y jamás reveló la fórmula secreta del alucinante refresco. Pero nos dejó una gran lección de vida: La Coca Cola es un fiel reflejo del deshumanizado Mundo en el que vivimos, donde el materialismo, la hipocresía, la sed de venganza, el rencor, el orgullo, la soberbia y la envidia, van de la mano con la refrescante chispa de la vida.

Pregúntate y respóndeme con sinceridad ¿Le habrías salvado la vida a Sylvia? Yo creo que le hubieras hecho bullying hasta cansarte, luego le tomarías un selfie mientras se desangra frente a ti, y finalmente subirías la macabra foto a tu muro de Facebook, para obtener con rapidez un millón de nuevos seguidores.

Desde su fundación que data del año 1886, la Coca Cola se transformó en el gran símbolo de la guerra, del racismo y del genocidio impuesto por el régimen norteamericano, representando con gran fidelidad la fútil idiosincrasia de su gente. No sólo porque financió la campaña electoral del genocida George W Bush, quien ya tiene asegurado un puesto V.I.P en el infierno, sino porque la Coca Cola siempre ha estado involucrada en desfalcos, sobornos, actos de corrupción, secuestros, torturas, paramilitarismo y asesinatos que cobraron la vida del sindicalista Pedro Quevedo en Guatemala, cuya sangre llena de impunidad social, sigue resplandeciendo en el hermético vestíbulo del Hotel Mezhdunarodnaya en Rusia. 

Con su hashtag #BotellaÚnica, la Coca Cola viene desarrollando una agresiva campaña de marketing para festejar sus 100 años de poca madre. Desde las redes sociales de Twitter y Facebook, hemos visto analogías que comparan la ingesta de la Coca Cola con el cosquilleo que produce dar el primer beso. Se afirma que la felicidad se destapa cuando compartes una Coca Cola. Piden que la efervescencia alcance las estrellas dentro de sus botellas. Nos aseguran que el sonido perfecto "Phsst, fizzzz, clink clink, glug, glug… ahhh" proviene de una Coca Cola. Y hasta un fanático extremo reconoce que sus dos amores en la vida son la videoconsola X-Box 360 y una botella de Coca Cola.

Yo creo que la Coca Cola se convirtió en una religión adorada por los "cocacoleros", porque nos acompaña en los momentos de alegría y nos ayuda en los momentos de tristeza. Es omnipresente, pues se vende en más de 200 países del Mundo. Todos los días la compramos y la honramos como si fuera un mandamiento o un manuscrito bíblico. Ninguna religión es más todopoderosa que la canonizada Coca Cola, ya que rompe con las barreras culturales, lingüísticas y sociales que separan a diario a su feligresía universal.

Tanto así, que Coca Cola inspiró a 200 jóvenes de distintas nacionalidades, para que cantaran desde una colina en Italia "Me gustaría hacer del Mundo un hogar, quiero enseñarles a cantar y enviar un mensaje de paz". Definitivamente ¡Lo lograron! Por eso nos deleitamos al observar que todas y todos le rinden pleitesía al monoteísmo de la Coca Cola, y se gozan al máximo cada bendito sorbo que ilumina la chispa de la vida, simbolizando una luz de esperanza para mantener la paz que habita en el esquizofrénico planeta.

Cabe destacar, que en su nuevo spot titulado "Un Mundo Generoso", podemos ver el altruismo que despierta la Coca Cola en sus solidarios consumidores. Desde un agradable turista en un kiosco, pasando por una enojada monja a quien le remolcaron su accidentado carro con una grúa, y llegando hasta un valiente bombero rescatista, se inhiben de beber el codiciado refresco para entregarle "la felicidad" a otra persona menos favorecida. ¡WOW! Es sorprendente ver el júbilo de la monja al aceptar la Coca Cola, y tenerle más fe a una sagrada botella de vidrio que al rezo de los grandes misterios del rosario.

No hay duda que vivimos inmersos en un despiadado proceso de transculturación, de hipnosis colectiva y de alienación social, que deja a la Pachamama al borde del fatal ecocidio. Pese a la alegría de la monjita, debemos considerar que por culpa de la reluciente botella Contour, el tono rojizo de la Coca Cola se convirtió en un baño de sangre para la Madre Tierra. Tenemos el anecdótico caso del río Matasnillo y de la Bahía de Panamá, donde Coca Cola derramó miles de litros de un colorante químico, que perturbó la hermosísima flora y fauna panameña e impactó el iris de los atónitos pobladores, quienes pensaron ser testigos de la primera de las plagas egipcias.

Sabemos que la prestigiosa confederación Oxfam ubicó a la Coca Cola, en la lista de las 10 transnacionales menos comprometidas en frenar los estragos ambientales, causados por las emisiones de gases de Efecto Invernadero en el planeta Tierra. La colosal quema de combustibles fósiles (petróleo, gas natural, carbón), facilita la retención en la atmósfera del dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Así, se acrecienta el problema del Cambio Climático y de sus drásticas alteraciones meteorológicas, que incluyen sequías, incendios forestales, pérdidas de cosechas y desertificación de los suelos, para que se acelere el implacable Calentamiento Global en los cimientos de la biosfera.

En calles, plazas, aceras, parques y demás espacios públicos de nuestras ciudades, hay un sinfín de latas y botellas de Coca Cola aglomeradas en el suelo, las cuales van destruyendo el equilibrio ecológico de ríos, playas, humedales y campos rurales. Es común visualizar el recorrido citadino de los gigantescos camiones rojos de la Coca Cola, llenos de humo diesel para quemar la santidad del aire a través del tubo de escape, y provocar enfermedades respiratorias en los malogrados pulmones del prójimo. Los camioneros deben mear y entregar con premura el adictivo refresco a los restaurantes, a los kioscos, a las tiendas, a los colegios, a las canchas deportivas, a los bodegones y a los centros comerciales.

Pero nunca se aprecia que los monstruosos camiones o sus diminutos consumidores, se dediquen a recoger, reutilizar y reciclar todos los envases de plástico, vidrio y aluminio que se acumulan en la capa vegetal o en el asfalto. La apatía ecológica de la Coca Cola, es comprobable viendo el etiquetado especial de sus botellas, para evocar los 100 años de la inigualable Contour. Si observamos en detalle la información de la etiqueta, resultará casi imposible hallar el símbolo de respeto ambiental, que invita a desechar el envase en un contenedor de basura.

Recordemos que el plástico y el vidrio son dos de los materiales sintéticos, que generan mayor polución en el entorno biofísico que albergamos, pues la Naturaleza tarda de 100 a 4000 años en lograr la biodegradación total de los tóxicos envases inorgánicos. Por culpa de transnacionales irresponsables como Coca Cola, hay más de 8 millones de toneladas métricas de plástico flotando en los océanos del planeta Tierra, que se están transformando en basureros marinos repletos de tereftalato de polietileno (PET), por la falta de políticas públicas que prioricen el reciclaje y protejan a las especies de fauna acuática.

Es consabido que la Coca Cola junto a sus salvajes aliados comerciales, que abarcan a Monsanto, Nestlé, McDonald´s y Cargill, están involucrados en graves delitos ambientales, que engloban la deforestación progresiva de los bosques nativos y la contaminación de fuentes de agua dulce y salada en la geografía del Mundo, por la expansión de la frontera agrícola y por las frecuentes descargas de residuos industriales que polucionan los hábitats. Así, se priva del vital líquido a los pueblos y a los lugareños que se cruzan con el mercantilizado camino de la ambición corporativa, buscando que las atemporales concesiones, las explotaciones de pozos o las kilométricas hectáreas, tengan espacio de sobra para aniquilar los ecosistemas y la biodiversidad autóctona.

Usted seguramente desconoce que por cada litro de la azucarada Coca Cola, se requieren en promedio 2,5 litros de agua, para comprobar el fracaso de los Objetivos del Milenio emprendidos por la ONU, y reeditar el triunfo del incontrolable empobrecimiento global. Basta con mover la brújula a Chiapas, Kerala, Concón, Fontibón o Nejapa, para beber un poco de los efluentes cancerígenos que se llevan la vida de los agricultores y de los campesinos. No obstante, duele reconocer que esos aguerridos compatriotas en pie de lucha, también se beben los litros de la espumosa Coca Cola mientras protestan por los derechos de sus tierras, ya que la transnacional yanqui sabe confundir, engañar y lavarles el cerebro a las comunidades globales.

Además, la Coca Cola es con insistencia demandada por la explotación laboral, por los despidos masivos y por el incumplimiento de contratos que afectan a sus trabajadores. Ellos no son vistos como Seres Humanos, sino como máquinas borregas dominadas por el sistema opresor de turno. Basta con viajar a la planta embotelladora de Coca Cola en Fuenlabrada (España), y apreciar como el desmantelamiento de sus instalaciones perjudicó a gran parte de la masa obrera, que fue echada a la calle, golpeada y reprimida por la policía española al servicio de la transnacional americana.

Un gran número de asalariados no fueron reenganchados a sus puestos de trabajo, incumpliendo las decisiones judiciales de los organismos competentes en España. Pero cuando se trata de cumplir con la ley, la Coca Cola siempre evita pagar los sueldos, las prestaciones sociales, los seguros médicos y demás beneficios contractuales, porque tiene maletines dolarizados por doquier para comprar los bolsillos de los jueces, de los tribunales y de las salas constitucionales. Incluso, los recortes de personal establecidos sin previo aviso, sumado a las pésimas condiciones de trabajo y a la sobrecarga laboral impuesta por la Coca Cola, han llevado al suicidio forzado a muchísimos de sus empleados, tal como aconteció con los trabajadores de Télécom en Francia o de Foxconn en China.

¡Qué loco se ha vuelto este Mundo! Se encuentra tan oscuro como el pasado, el presente, y el futuro de la hitleriana Coca Cola en el Cuarto Reich. Antes nos exterminaban dentro de las cámaras de gas, con el ácido cianhídrico enlatado en el Zyklon B. Ahora nos asesinan a cielo abierto, con el ácido fosfórico embotellado de la Coca Cola. Ambos son potentes pesticidas que causan la muerte de sus cándidas víctimas. Seguimos estando presos en el holocausto de Auschwitz. El Zyklon B lo siguen vendiendo para exterminar la plaga de insectos y roedores checos. La Coca Cola la siguen vendiendo en casi todo el planeta Tierra, para exterminar insectos, roedores y al Homo Sapiens. Ayer nos decían con entusiasmo Arbeit macht frei. Hoy nos dicen con alevosía zu Tode Trinken.

Creemos que si las personas se atrevieran a triturar una lata con el puño cerrado, o a romper una botella de vidrio con furia en el pavimento, seguro que se les quitarían las ganas de ingerir litros y más litros de la gasolina con hielo. La gente bebe Coca Cola como una ridícula treta psicológica para sacarse las frustraciones, el stress, los corajes y las ansiedades que se amontonan en la vida diaria de ancianos, adultos y niños.

Sin embargo, dicen que la única forma de que la Coca Cola pueda causarle daño a un niño, sería que alguien lanzara una botella por la ventana y le cayera encima. Por eso me entristece ver que jovencitos y hasta bebés recién nacidos, se la pasan chupando Coca-Cola por la completa irresponsabilidad de sus padres, quienes acabaron traumados por tantas botellas de Coca Cola que les lanzaron desde la ventana en la etapa de la infancia.

Es la auténtica verdad. Sus progenitores juegan con la salud de sus hijos, sin pensar en las consecuencias negativas de malograr el hígado, los riñones, el páncreas, la vesícula, los dientes, y los huesos de sus gordísimos retoños lactantes. Lo que empiezan siendo calambres musculares, se convierten en úlceras que terminan en amputaciones, por los kilos de azúcar que la diabética Coca Cola deposita e incinera en el reloj biológico del cuerpo humano.

Hirviéndola en una cazuela a fuego lento o mezclándola con leche descremada, con filetes de carne, con pastillas de mentas, con bichos del jardín o con tornillos oxidados, es impresionante dilucidar al alto poder corrosivo de la Coca Cola, que se transforma en azul petróleo, en huevo podrido, en desinfectante del inodoro, en aceite lubricante, en explosión doméstica y en plaguicida de bajo costo.

Vale aclarar, que la combinación de agua carbonatada con ácido ortofosfórico, cafeína, aspartamo, benzoato de sodio, fenilalanina, metanol, color caramelo, fructosa, acesulfame de potasio, y demás ingredientes adheridos a las gaseosas de Coca Cola (Original, Light, Zero, Stevia), influyen con mayor daño en nuestro organismo que los cigarrillos, los energizantes y las cervezas.

Es tanta la perversión consumista, que Coca Cola le paga a famosos nutricionistas, instructores de gimnasios y expertos del fitness, para que tiren a la basura su ética profesional y afirmen en blogs, en periódicos y en revistas como "American Heart Month", que una lata pequeña de Coca Cola constituye "una buena merienda" para mantener ejercitado el cuerpo. De igual manera, se maquilla el veneno con el uso de saborizantes artificiales (vainilla, limón, naranja, cereza, uva), que envician las papilas gustativas de los adictos cocacoleros, para que rechacen cualquier bebida, zumo o alimento de origen natural.

Seamos sinceros, la composición química de la Coca Cola demuestra claramente que es una droga vendida sin prescripción médica. Usted se está drogando a diario consumiendo una sustancia transgénica invasiva, que desequilibra el bienestar físico y mental del cuerpo humano. Si supieran que la vida es un pequeñísimo instante sideral en retrospectiva, no fueran tan tontos para asfixiar por voluntad propia el pequeñísimo sueño cósmico de la vida, bebiendo la ignorante chispa que honra la muerte.

Piensa que tu abuelo podría haber vivido 10 años más, tu mamá podría haber vivido 5 años más, y tú tienes la vida entera para recapacitar y no continuar haciéndole un irreparable daño al organismo. Yo no lo digo porque escribí un artículo de opinión o porque investigué bastante al respecto. Lo afirmo, porque como la gran mayoría de las personas, yo también compraba los refrescos de la Coca Cola, pero fue por mi propia mala experiencia que dejé de ingerirlos hace más de 10 años.

Recuerdo que cuando estudiaba en la universidad y bebía Coca Cola, me daba con recurrencia acidez estomacal. El centro del pecho se me endurecía muchísimo, hasta pensaba que me daría un infarto por el fuerte dolor torácico. Los ojos se me enrojecían. Sentía que mis dientes se estaban volviendo arcilla, y perdía la paciencia con facilidad. Era obvio que las bebidas carbonatadas me estaban enfermando.

Por eso, decidí cambiar drásticamente mis hábitos alimenticios, bebiendo ocho vasos de agua al día que activan los órganos internos, favorecen la digestión, bajan la presión arterial, aumentan la energía, reducen el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, hidratan la piel y desintoxican el sistema linfático. A su vez, le dí prioridad a las galletas integrales, a los jugos naturales, a las ensaladas, a los cereales, a las frutas y a la milagrosa práctica del veganismo. Ese cambio radical en mi estilo de vida, me ha transformado en un hombre más positivo ante los retos que trae consigo la vida, mejorando mi estabilidad emocional y mi concentración, para desenvolverme como periodista en mi querida Venezuela.

Dicen que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Pero parece que el flash capitalista en el centenario de Coca Cola, inmortalizará el destino de todos sus ángeles caídos.

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Ekología

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El Agua de Mar.

El por qué de los laboratorios medicinales que no quieren que tomemos agua de mar

Por Esteban Owen

Estamos acostumbrados a pensar que el agua de mar no se puede tomar. Es que así nos lo han hecho creer y, aunque naturalmente no se nos da por tomarla, sencillamente porque nos sabe demasiado salada, lo cierto es que, en primer lugar es una falacia (cuando no una vil mentira) y, en segundo lugar, el agua de mar es tan rica en nutrientes y minerales que si la consumiéramos habitualmente gozaríamos de “demasiada” salud y podríamos prescindir en gran medida de los médicos y –he aquí el problema mayor– de los laboratorios.

El por qué de los laboratorios medicinales que no quieren que tomemos agua de mar

Laboratorios que, por cierto, son los principales interesados en que la población no conozca los beneficios que se derivan del consumo de agua de mar y, por el contrario, que sigamos creyendo que el agua de mar no es apta para el consumo humano.

Vamos a explicar un poco de qué estamos hablando.

Antes de hablar del agua de mar, sus propiedades y beneficios, tal vez convenga detenernos brevemente en la sal que más suponemos conocer, la que usamos cotidianamente en nuestra cocina y en nuestras mesas familiares. ¿Qué dicen de ésta los promotores de la alimentación y la salud “alternativas”? Sal de mesa “refinada” para asegurar que nos enfermemos Ellos dicen que, a diferencia de la sal marina pura, que contiene 84 elementos de gran valor para la salud humana, durante el proceso de “fabricación” de la sal fina (o de mesa), ésta es “lavada”, proceso durante el cual pierde algas microscópicas que fijan el yodo natural en el organismo, y que éste es importante para la prevención del bocio. También se elimina azufre, magnesio, calcio y otros elementos esenciales, con el propósito declarado de “blanquear” el producto y hacerlo más vistoso para los consumidores.

Pero ahí no termina el proceso de industrialización. Una vez “blanqueada”, la sal fina es “enriquecida” con aditivos químicos que evitan la formación de cálculos, pero estos químicos no son naturales y resultan perjudiciales para la salud. Y aunque la sal fina es más agradable a la vista, cuando la probamos en grandes cantidades resulta desagradable al paladar, mientras que una piedra de sal marina puede llegar a ser muy agradable.

La sal sin refinar provee al cuerpo numerosos minerales esenciales, en cambio la refinada, además de haber sido despojada de casi todos ellos (salvo dos), contiene aditivos dañinos y silicato de aluminio, uno de los principales causantes de la enfermedad de Alzheimer.

Ahora vamos un poco a los hechos: los promotores del consumo de agua de mar explican –y suena muy razonable– que el mar es como un delicioso y saludable “caldo”, producto de la disolución en sus aguas, durante millones y millones de años, de toda la riqueza vital de la tierra, arrastrada por ríos provenientes de montañas, llanuras, pantanos, rocas y cascadas, más el constante flujo y reflujo de las mareas carcomiendo las playas y acantilados de los miles de kilómetros de costas continentales e isleñas en toda la superficie del planeta, para no contar el propio lecho marino. Sobreviviendo con la “sopa” oceánica

De hecho, “náufragos voluntarios” dispuestos a demostrar la falacia del supuesto de que el agua de mar no se puede tomar (si eres náufrago puedes morirte de sed y de hambre flotando sobre la más deliciosa sopa que pueda existir jamás), sobrevivieron días enteros bebiendo esa agua y alimentándose de ella. Claro: hay que saber cómo hacerlo, cosa que explicaremos inmediatamente.

El agua de mar tiene una concentración de 36 gramos de sal por litro, mientras que nuestro organismo tiene 9 gramos por litro. Si tomáramos el agua marina así sin más, la concentración de sal en nuestro cuerpo subiría tanto que los tejidos deberían liberar agua para que la concentración de sales volviera a 9 gramos por litro. Eso conduciría a diarreas y a la deshidratación. La solución puesta en práctica durante el experimento fue tomar una cucharada de agua de mar cada veinte minutos, bebiéndola muy lentamente para dejar que la saliva redujera la salinidad del agua ingerida.

Otra manera de tomar el agua de mar, si no somos náufragos y tenemos acceso a esa agua en nuestra vida cotidiana –según explican los expertos– es hacerlo “de forma isotónica”: rebajando el agua de mar con agua dulce, o añadiendo agua de mar al agua dulce. Considerando que la cantidad de sales recomendada es de unos 9 gramos al día, y sabiendo que la salinidad del agua de mar es de 36 gramos por litro, la cantidad de agua de mar recomendada es de un cuarto de litro por día.

Además de las sugerencias previas, los expertos recomiendan verificar que no seamos intolerantes al agua de mar, lo que podemos hacer comenzando por pequeñas cantidades hasta asegurarnos de que nos sienta bien. Algunas personas, además, son más propensas que otras a sufrir diarreas al beber agua de mar, lo que resulta una razón adicional para ir incrementando las cantidades de a poco. Una sugerencia general es mezclar el agua de mar con zumos, o con agua normal mezclada con unas gotas de limón. Esto ayuda a habituarnos a beber esta agua sin aborrecerla en las primeras etapas. Por cierto, también tenemos que asegurarnos de no sufrir alguna enfermedad en la que la ingesta de sal sea contraproducente (aunque la hipertensión es un capítulo aparte, según veremos unas líneas más abajo). Cocinar con agua de mar

El agua de mar resulta muy apropiada para cocinar. Como ya hemos explicado, debido a los intereses industriales la sal comercial (la sal fina o “de mesa”) es una sal “muerta”, en la que solo se ha preservado el cloruro de sodio y, en el mejor de los casos, yodo, además de los aditivos químicos perjudiciales para la salud. Contrariamente, el agua de mar contiene muchos elementos muy beneficiosos, por lo que proporciona un gran enriquecimiento a nuestra dieta.

Para darle una vuelta más a la cuestión, la sal refinada resulta perjudicial para la salud por su alto contenido de sodio, que favorece la hipertensión y la retención de líquidos. Eso no sucede con la sal marina, al punto que los hipertensos pueden consumirla con moderación y con supervisión médica, ya que su contenido de sodio es mucho menor. Una paulatina incorporación a la dieta de recetas que incorporen sal marina produce una lenta modificación de los hábitos alimenticios, con una mejora en la salud como resultado general y a largo plazo.

Si tenemos en cuenta que las enfermedades se desarrollan en entornos ácidos, es fácil entender que el consumo de agua de mar, alcalina por derecho propio, es un alcalinizador de nuestro organismo, lo que previene todo tipo de enfermedades y nos mantiene alejados de los médicos y de las farmacias, por lo que el consumo masivo de agua de mar acarrearía irremediablemente la bancarrota de los grandes laboratorios.

Como alcalinizador, el agua de mar aporta, entre otros, todos estos beneficios: es regulador del medio interno, nutriente celular, reconstituyente, dentífrico y colutorio (enjuagatorio medicinal), laxante, purgante, desinfectante y cicatrizante para infecciones de boca, estomacal y neutralizador de acidez de estómago. Como si todo eso fuera poco, tomada antes de comer calma el apetito, lo que la hace muy apropiada para bajar de peso.

La sal común y sus enfermedades asociadas:

  • Hipertensión arterial
  • Edemas
  • Eclampsia o pre-eclampsia
  • Arteriosclerosis cerebral
  • Arteriosclerosis
  • Cálculos renales
  • Cálculos vesicales Cálculos biliares
  • Hipoplasia de la tiroides
  • Nódulos en la tiroides
  • Disfunción de la paratiroides
  • Entre las funciones más importantes de la sal marina, se destacan:
  • Regula la presión arterial, junto con el agua.
  • Extrae el exceso de acidez de las células del cuerpo, en especial las del cerebro.
  • Equilibra los niveles de azúcar en la sangre, importante para los diabéticos.
  • Es esencial para generar energía en las células del cuerpo.
  • Es importante en la absorción de nutrientes a través del tracto intestinal.
  • Limpia los pulmones de mucosidad, importante para asmáticos y enfermos de fibrosis quística.
  • Limpia el catarro y la congestión de los senos paranasales. Antihistamínico natural.
  • Previene los calambres musculares.
  • Previene la excesiva producción de saliva. La saliva que fluye mientras se duerme es señal de deficiencia de sal.
  • Aporta dureza a los huesos. La deficiencia de sal, o comer sal refinada, es una de las principales causas de la osteoporosis.
  • Regula el sueño, actuando como un hipnótico natural.
  • Previene la gota y la artritis gotosa.
  • Es vital para mantener la libido y la sexualidad.
  • Previene las varices y las venas de araña en piernas y muslos.

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Acuamaris

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¿Qué Realidad Prefieres? El Observador eres Tú.

 

La física moderna dice “tú si puedes”

Durante décadas, los poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo “esotérico”, cosas de locos. La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.

El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las “tomografías”. Conectando electrodos a este órgano, se determina donde se produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.

Estos experimentos en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿cuál es la Realidad?

“La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”,

...afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro “¿y tú qué sabes?”. En otras palabras, que fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.

El valioso vacío atómico

Aunque ya los filósofos griegos especularon con su existencia, el átomo es una realidad científica desde principios de siglo XX. La física atómica dio paso a la teoría de la relatividad y de ahí, a la física cuántica. En las escuelas de todo el mundo se enseña hoy día que el átomo está compuesto de partículas de signo positivo (protones) y neutras (neutrones) en su núcleo y de signo negativo (electrones) girando a su alrededor. Su organización recuerda extraordinariamente a la del Universo, unos electrones (planetas) girando alrededor de un sol o núcleo (protones y neutrones). Lo que la mayoría desconocíamos es que la materia de la que se componen los átomos es prácticamente inexistente. En palabras de William Tyler, profesor emérito de ingeniería y ciencia de la materia en la universidad de Stanford,

“la materia no es estática y predecible. Dentro de los átomos y moléculas, las partículas ocupan un lugar insignificante: el resto es vacío”.

En otras palabras, que el átomo no es una realidad terminada sino mucho más maleable de lo que pensábamos. El físico Amit Goswani es rotundo:

“Heinsenberg, el codescubridor de la mecánica cuántica, fue muy claro al respecto; los átomos no son cosas, son TENDENCIAS. Así que, en lugar de pensar en átomos como cosas, tienes que pensar en posibilidades, posibilidades de la consciencia. La física cuántica solo calcula posibilidades, así que la pregunta viene rápidamente a nuestras mentes, ¿quién elige de entre esas posibilidades para que se produzca mi experiencia actual? La respuesta de la física cuántica es rotunda: La conciencia está envuelta, el observador no puede ser ignorado”.

La farmacia del cerebro

En un pequeño órgano llamado hipotálamo se fabrican las respuestas emocionales. Allí, en nuestro cerebro, se encuentra la mayor farmacia que existe, donde se crean unas partículas llamadas “péptidos”, pequeñas secuencias de aminoácidos que, combinadas, crean las neurohormonas o neuropéptidos. Ellas son las responsables de las emociones que sentimos diariamente. Según John Hagelin, profesor de física y director del Instituto para la ciencia, la tecnología y la política pública de la Universidad Maharishi, dedicado al desarrollo de teorías del campo unificado cuántico:

“hay química para la rabia, para la felicidad, para el sufrimiento, la envidia…”

En el momento en que sentimos una determinada emoción, el hipotálamo descarga esos péptidos, liberándolos a través de la glándula pituitaria hasta la sangre, que conectará con las células que tienen esos receptores en el exterior. El cerebro actúa como una tormenta que descarga los pensamientos a través de la fisura sináptica. Nadie ha visto nunca un pensamiento, ni siquiera en los más avanzados laboratorios, pero lo que sí se ve es la tormenta eléctrica que provoca cada mentalismo, conectando las neuronas a través de las “fisuras sinápticas”.

Cada célula tiene miles de receptores rodeando su superficie, como abriéndose a esas experiencias emocionales. La Dra. Candance Pert, poseedora de patentes sobre péptidos modificados, y profesora en la Universidad de Medicina de Georgetown, lo explica así:

“Cada célula es un pequeño hogar de conciencia. Una entrada de un neuropéptido en una célula equivale a una descarga de bioquímicos que pueden llegar a modificar el núcleo de la célula”.

Nuestro cerebro crea estos neuropéptidos y nuestras células son las que se acostumbran a “recibir” cada una de las emociones: ira, angustia, alegría, envidia, generosidad, pesimismo, optimismo… Al acostumbrarse a ellas, se crean hábitos de pensamiento. A través de los millones de terminaciones sinápticas, nuestro cerebro está continuamente recreándose; un pensamiento o emoción crea una nueva conexión, que se refuerza cuando pensamos o sentimos “algo” en repetidas ocasiones. Así es como una persona asocia una determinada situación con una emoción: una mala experiencia en un ascensor, como quedarse encerrado, puede hacer que el objeto “ascensor” se asocie al temor a quedarse encerrado. Si no se interrumpe esa asociación, nuestro cerebro podría relacionar ese pensamiento- objeto con esa emoción y reforzar esa conexión, conocida en el ámbito de la psicología como “fobia” o “miedo”.

Todos los hábitos y adicciones operan con la misma mecánica. Un miedo (a no dormir, a hablar en público, a enamorarse) puede hacer que recurramos a una pastilla, una droga o un tipo de pensamiento nocivo. El objetivo inconsciente es “engañar” a nuestras células con otra emoción diferente, generalmente, algo que nos excite, “distrayéndonos” del miedo. De esta manera, cada vez que volvamos a esa situación, el miedo nos conectará, inevitablemente, con la “solución”, es decir, con la adicción. Detrás de cada adicción (drogas, personas, bebida, juego, sexo, televisión) hay pues un miedo insertado en la memoria celular.

La buena noticia es que, en cuanto rompemos ese círculo vicioso, en cuanto quebramos esa conexión, el cerebro crea otro puente entre neuronas que es el “pasaje a la liberación”. Porque, como ha demostrado el Instituto Tecnológico de Massachussets en sus investigaciones con lamas budistas en estado de meditación, nuestro cerebro está permanentemente rehaciéndose, incluso, en la ancianidad. Por ello, se puede desaprender y reaprender nuevas formas de vivir las emociones.

Mente creadora

Los experimentos en el campo de las partículas elementales han llevado a los científicos a reconocer que la mente es capaz de crear. En palabras de Amit Goswani, profesor de física en la universidad de Oregón, el comportamiento de las micropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador:

“cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo hace, como una partícula”.

Ello quiere decir que las expectativas del observador influyen en la Realidad de los laboratorios… y cada uno de nosotros está compuesto de millones de átomos.

Traducido al ámbito de la vida diaria, esto nos llevaría a que nuestra Realidad es, hasta cierto punto, producto de nuestras propias expectativas. Si una partícula (la mínima parte de materia que nos compone) puede comportarse como materia o como onda… Nosotros podemos hacer lo mismo.

La realidad molecular

Los sorprendentes experimentos del científico japonés Masaru Emoto con las moléculas de agua han abierto una increíble puerta a la posibilidad de que nuestra mente sea capaz de crear la Realidad. “Armado” de un potente microscopio electrónico con una diminuta cámara, Emoto fotografió las moléculas procedentes de aguas contaminadas y de manantial. Las metió en una cámara frigorífica para que se helaran y así, consiguió fotografiarlas. Lo que encontró fue que las aguas puras creaban cristales de una belleza inconmensurable, mientras que las sucias, sólo provocaban caos. Más tarde, procedió a colocar palabras como “Amor” o “Te odio”, encontrando un efecto similar: el amor provocaba formas moleculares bellas mientras que el odio, generaba caos. Por último, probó a colocar música relajante, música folk y música thrash metal, con el resultado del caos que se pudieron ver en las fotografías. La explicación biológica a este fenómeno es que los átomos que componen las moléculas (en este caso, los dos pequeños de Hidrógeno y uno grande de Oxígeno) se pueden ordenar de diferentes maneras: armoniosa o caóticamente. Si tenemos en cuenta que el 80% de nuestro cuerpo es agua, entenderemos cómo nuestras emociones, nuestras palabras y hasta la música que escuchamos, influyen en que nuestra realidad sea más o menos armoniosa. Nuestra estructura interna está reaccionando a todos los estímulos exteriores, reorganizando los átomos de las moléculas.

¿Qué realidad prefieres?

El ya famoso experimento con la molécula de fullerano del doctor Anton Zeillinger, en la Universidad de Viena, testificó que los átomos de la molécula de fullerano (estructura atómica que tiene 60 átomos de cárbón) eran capaces de pasar por dos agujeros simultáneamente. Este experimento “de ciencia ficción” se realiza hoy día con normalidad en laboratorios de todo el mundo con partículas que han llegado a ser fotografiadas. La realidad de la bilocación, es decir, que “algo” pueda estar en dos lugares al mismo tiempo, es algo ya de dominio público, al menos en el ámbito de la ciencia más innovadora. Jeffrey Satinover, ex presidente de la fundación Jung de la universidad de Harvard y autor de libros como “El cerebro cuántico” y “El ser vacío”, lo explica así:

“ahora mismo, puedes ver en numerosos laboratorios de Estados Unidos, objetos suficientemente grandes para el ojo humano, que están en dos lugares al mismo tiempo, e incluso se les puede sacar fotografías. Yo creo que mucha gente pensará que los científicos nos hemos vuelto locos, pero la realidad es así, y es algo que todavía no podemos explicar”.

Quizás porque algunos piensen que la gente “de a pie” no va a comprender estos experimentos, los científicos todavía no han conseguido alertar a la población de las magníficas implicaciones que eso conlleva para nuestras vidas, aunque las teorías anejas sí forman parte ya del dominio de la ciencia divulgativa.

Seguramente la teoría de los universos paralelos, origen de la “superposición cuántica”, es la que ha conseguido llegar mejor al gran público. Lo que viene a decir es que la Realidad es un número “n” de ondas que conviven en el espacio-tiempo como posibilidades, hasta que UNA se convierte en Real: eso será lo que vivimos. Somos nosotros quienes nos ocupamos, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos (“yo sí puedo”, “yo no puedo”) de encerrarnos en una realidad limitada y negativa o en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras palabras, la física moderna nos dice que podemos alcanzar todo aquello que ansiamos (dentro de ese abanico de posibilidades- ondas, claro).

En realidad, los descubrimientos de la física cuántica vienen siendo experimentados por seres humanos desde hace milenios, concretamente, en el ámbito de la espiritualidad. Según el investigador de los manuscritos del Mar Muerto, Greg Braden, los antiguos esenios (la comunidad espiritual a la que, dicen, perteneció Jesucristo) tenían una manera de orar muy diferente a la actual. En su libro “El efecto Isaías: descodificando la perdida ciencia de al oración y la plegaria”, Braden asegura que su manera de rezar era muy diferente a la que los cristianos adoptarían. En lugar de pedir a Dios “algo”, los esenios visualizaban que aquello que pedían ya se había cumplido, una técnica calcada de la que hoy se utiliza en el deporte de alta competición, sin ir más lejos. Seguramente, muchos han visto en los campeonatos de atletismo cómo los saltadores de altura o pértiga realizan ejercicios de simulación del salto: interiormente se visualizan a sí mismos, ni más ni menos que realizando la proeza. Esta técnica procede del ámbito de la psicología deportiva, que ha desarrollado técnicas a su vez recogidas del acervo de las filosofías orientales. La moderna Programación Neurolingüística, usada en el ámbito de la publicidad, las relaciones públicas y de la empresa en general, coincide en recurrir al tiempo presente y a la afirmación como vehículo para la consecución de los logros. La palabra sería un paso más adelante en la creación de la Realidad, por lo que tenemos que tener cuidado con aquello que decimos pues, de alguna manera, estamos atrayendo esa realidad..

La búsqueda científica del alma

En las últimas décadas, los experimentos en el campo de la neurología han ido encaminados a encontrar donde reside la conciencia. Fred Alan Wolf, doctor en física por la universidad UCLA, filósofo, conferenciante y escritor lo explica así en “¿Y tú qué sabes?” de la que se espera la segunda parte en pocos meses:

“Los científicos hemos tratado de encontrar al observador, de encontrar la respuesta a quién está al mando del cerebro: sí, hemos ido a cada uno de los escondrijos del cerebro a encontrar el observador y no lo hemos hallado; no hemos encontrado a nadie dentro del cerebro, nadie en las regiones corticales del cerebro pero todos tenemos esa sensación de ser el observador”.

En palabras de este científico, las puertas para la existencia del alma están abiertas de par en par:

“Sabemos lo que el observador hace pero no sabemos quién o qué cosa es el observador”.

Hoy recuperadas por la física cuántica, muchas de estas afirmaciones eran conocidas en la Antigüedad, como en el caso del “Catecismo de la química superior”, de Karl von Eckartshausen.

Cuadro 1: Nuestro cerebro: un ordenador que procesa información

A cada segundo, en una vida como la moderna llena de estímulos: nos bombardean enormes cantidades de información. El cerebro solo procesa una mínima cantidad de ella: 400 mil millones de bits de información por segundo. Los estudios científicos han demostrado que sólo somos conscientes de 2.000 mil de esos bits, referidos al medio ambiente, el tiempo y nuestro cuerpo. Así pues, lo que consideramos la Realidad, es decir, aquello que vivimos, es sólo una mínima parte de lo que en realidad está ocurriendo. ¿Cómo se filtra toda esa información?

A través de nuestras creencias: El modelo de lo que creemos acerca del mundo, se construye desde lo que sentimos en nuestro interior y de nuestras ideas. Cada información que recibimos del exterior se procesa desde las experiencias que hemos tenido y nuestra respuesta emocional procede de estas memorias. Por eso, los malos recuerdos nos impulsan a caer en los mismos errores.

Cuadro 2: Cómo romper con esos malos hábitos del pensamiento

El cerebro crea esas redes a partir de la memoria: ideas, sentimientos, emociones. Cada asociación de ideas o hechos, incuba un pensamiento o recuerdo en forma de conexión neuronal, que desemboca en recuerdos por medio de la memoria asociativa. A una sensación o emoción similar, reaparecerá ese recuerdo en forma de idea o pensamiento. Hay gente que conecta “amor” con “decepción” o “engaño”, así que cuando vaya a sentir amor, la red neuronal conectará con la emoción correspondiente a cómo se sintió la última vez que lo sintió: ira, dolor, rabia, etc. Según Joe Dispenza

“si practicamos una determinada respuesta emocional, esa conexión sináptica se refuerza y se refuerza. Cuando aprendemos a “observar” nuestras reacciones y no actuamos de manera automática, ese modelo se rompe”.

Así pues, aprender a “ver” esas asociaciones es la mejor manera de evitar que se repitan: la llave es la conciencia.

Cuadro 3: La mecánica de la erección

La mejor metáfora del pensamiento creador es el miembro masculino. Una sola fantasía sexual, es decir, un pensamiento erótico, es capaz de producir una erección, con toda la variedad de glándulas endocrinas y hormonas que participan en ello. Nada hay fuera de la mente del hombre pero, sin embargo, se produce un torbellino hormonal que desemboca en un hecho físico palpable. En el lado femenino, también el poder del pensamiento asociado al erotismo se convierte a menudo en hechos físicos, demostrando la capacidad del pensamiento para crear situaciones placenteras… o adictivas. Los más firmes defensores del poder de la visualización llegan a proponer que se puede obtener a través de ella casi todo lo que deseamos.

¿QUE ES UNA ONDA DE FORMA?

Muchos científicos y físicos cuánticos reconocen el poder de transmisión en cualquier forma simple geométrica o como un diseño ondulado de un rastro de energía, es una ONDA DE FORMA simple. Puede tener un patrón geométrico o puede ser un gesto de pincel simple como una onda que contiene el significado completo, la intención y la energía de un momento dado de intensidad mientras da forma a la realidad y puede tener en su ser todas las cualidades que lo crearon. Es una semilla de fractal energético que dada la situación correcta continuará su crecimiento y multiplicándose. Éstas son modelos y formas que crean la energía y transmiten los patrones específicos, del pensamiento, nosotros hemos estado usándolos en los templos, las iglesias, logotipos, publicidad y podemos reconocer inmediatamente la armonía y desarmonía en ellos. Ciertos modelos de la geometría sagrada parecen actuar recíprocamente con su entorno armonizando y estabilizando sus moléculas, como si organizara los átomos y electrones. Puede significar que un cierto diseño de geometría YANTRA de ENERGÍA puede polarizar las partículas e incluso podría purificar el agua, aumentando las cualidades y la armonía en su entorno.